Muchos cristianos tienen costumbre, a lo largo del día, de detenerse en la
iglesia para hacer una visita a Jesús Sacramentado. Son momentos de intimidad
con el Señor en los que se hace brevemente un acto de fe, se pide ayuda, de da
gracias, etc.
Él nos espera y desea que vayamos a verle. Cuando estamos delante suya Él
está atentísimo a lo que queramos decirle, o ante nuestra simple mirada, porque
sabemos que allí, en el Sagrario, está el mismo Jesús de Nazaret, el Hijo de
María, el que multiplicó los panes y los peces, el que con un solo gesto calmó una
tempestad y devolvió la paz a unos hombres asustados. El tiene todo lo que
necesitamos.
La visita al Santísimo nos ayudará a guardar la presencia de Dios durante el
día en medio del trabajo y de nuestras ocupaciones.
V. Viva Jesús sacramentado.
R. Viva y de todos sea amado.
Padre nuestro... Avemaría... Gloria...
Y al terminar, puedes rezar una comunión espiritual: Yo quisiera, Señor,
recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra
Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los Santos.
Aquí puedes encontrar otras oraciones y devociones eucarísticas
Y un vídeo que te hará reflexionar:
A ver si lo hemos entendido:
- ¿A quién se visita cuando se hace la Visita al Santísimo?
- ¿Por qué vamos a verle?
- ¿Qué podemos hacer delante del Santísimo?
- Después de ver el vídeo, copia las frases que más te hayan llamado la atención. ¿Quién es el que habla?
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